Envejecimiento activo: concepto y terminología

Envejecimiento activo: concepto y terminología

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El concepto “Envejecimiento Activo” lo propuso la OMS a finales de los años 90 para sustituir el concepto de “envejecimiento saludable”. Lo definió como “el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen” (OMS, 2002).

Este nuevo planteamiento, que sustituye la planificación estratégica, está “basado en las necesidades” en vez de “en los derechos”, reconociendo la igualdad de oportunidades y trato en todos los aspectos de la vida. Hay razones de peso económicas para promulgar programas que fomenten el envejecimiento activo, pues aumenta la participación durante más tiempo en el mundo laboral y reduce los gastos de asistencia debido a discapacidad y mala salud (Diputación Foral de Bizkaia, 2010).

envejecimiento activoEl Envejecimiento Activo fomenta procesos de envejecimiento socialmente activos y no sólo personalmente activos
El término “activo” hace referencia a una participación continua en las dimensiones sociales, económicas, culturales, espirituales y cívicas, y no sólo a la capacidad para estar físicamente activo. Su objetivo radica en ampliar la esperanza de vida saludable y la calidad de vida mientras se envejece, incluyendo personas frágiles, discapacitadas o que necesiten asistencia.

Esta concepción ha de tomarse en sentido amplio, pues no sólo implica el cuidado de su propia salud, sino también la inserción participativa en la sociedad. Las actividades que se enmarcan en este paradigma deben fomentar la motivación intrínseca, priorizando elementos singulares y significativos para cada persona. Por esta razón, deben formularse en clave participativa, integral, flexible, de calidad, evaluable, sostenible e innovadora.

La Asamblea General de las Naciones Unidas (resolución 46/91) creó unos principios a favor de las personas de edad que son: independencia, dignidad, autorrealización, cuidado y participación (Naciones Unidas, 1991). A raíz de estos principios de las Naciones Unidas, el envejecimiento activo se enmarca en tres pilares fundamentales, que son los siguientes (OMS, 2002):


Salud
El envejecimiento activo es un recurso fundamental para alcanzar el potencial de calidad de vida y significación en el ciclo vital, por lo que es aplicable a cualquier estado de salud y nivel de autonomía. La Organización Mundial de la Salud señala que “para fomentar el envejecimiento activo, es necesario que los sistemas sanitarios tengan una perspectiva del ciclo vital completo y se orienten a la promoción de la salud, la prevención de enfermedades y el acceso equitativo tanto a una atención primaria como a una asistencia de larga duración de calidad”.

Participación
Las personas mayores seguirán contribuyendo de forma productiva a la sociedad en actividades tanto remuneradas como sin remunerar, de acuerdo con sus derechos humanos básicos, capacidades, necesidades y preferencias.

Seguridad
Es necesario garantizar la protección, dignidad y asistencia en el caso de que ya no puedan mantenerse y protegerse. La seguridad es una conquista tanto social como individual, algo que compete al Estado y a la persona. Para lograr el objetivo del envejecimiento activo es necesario un trabajo intersectorial coordinado con medidas tanto desde el sector sanitario y social, como desde la educación, el empleo, la economía, etc. Todas las políticas deben apoyar la solidaridad intergeneracional y reducir las desigualdades de género dentro de la población de más edad.

A raíz del Plan de Acción Internacional sobre Envejecimiento (Naciones Unidas, 2002) se marca un punto de inflexión en la toma de conciencia de los desafíos de un mundo que envejece. Se fomenta el movimiento del envejecimiento activo de todas las partes interesadas, se precisa apoyar los tres pilares de acción con el desarrollo de actividades e investigaciones y se insta a las agencias internacionales, países y regiones a trabajar en colaboración.

En 2012, en el marco del décimo aniversario de la II Asamblea Mundial de Envejecimiento y en el Año Europeo del Envejecimiento Activo y de la Intergeneracionalidad se creó el Índice de Envejecimiento Activo (Active Ageing Index- AAI). Su objetivo es contribuir con datos empíricos al desarrollo de políticas públicas para que no se orienten de forma exclusiva al bienestar de la persona mayor, sino que también cuente con posibles aportaciones a la economía y a la sociedad.

Presenta cuatro dimensiones: empleo, actividad y participación social, modo de vida autónomo, independiente y seguro y capacidad para un envejecimiento saludable. Estos cuatro dominios se miden mediante 22 indicadores de carácter objetivo, aunque cada uno de ellos tiene un peso específico. Así, el empleo y la participación social suponen un 35% cada uno, la vida independiente un 10% y las capacidades un 20%. (Consejo Estatal de Personas Mayores, 2017).
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